Vuestro leal amigo Vzcde. Ambient. aterrizó el 3 de abril en el aeropuerto Benito Juárez del Distrito Federal de México. No sin estupor comprobó el tráfico horrendo (cargado como platican por aquí) que, desde bien tempranito, colapsaba la carretera que debía conducirle a la Colonia de Polanco. Claro que después de pasar tres meses en Bangladesh en 2011, todo puede ser visto en perspectiva y no sorprender tanto como a un primerizo en visita a una economía emergente. Desde el avión tranquilizaba bastante comprobar la ausencia de hierbajos brotando en los márgenes de la pista de aterrizaje, como sucede en Dhaka. El enjambre de construcciones tampoco son tan dispares, hay edificaciones hasta donde alcanza la vista, la boina de contaminación pone la guinda a este paisaje.
México es un lugar mágico, siempre lo fue. Los Mexicas alucinarían cuando vieron llegar a Hernán Cortés con 600 hombres y unas docenas de caballos, animal que por cierto éstos no conocían. El lago de Texcoco y los volcanes de fondo pondrían el escenario a la tragedia (medioambiental) que se avecinaba y que culminaría 500 años después con la desecación del lago, del acuífero y la tala de los bosques en los montes y el sinfín de problemas medioambientales que sufren los ciudadanos del DF. No fueron los españoles, ni los aztecas, ni los toltecas, sino todos ellos, y la civilización que engendraron, los que se cargaron el decorado de aquel lugar mágico que era México.
Si Moctezuma levantara la cabeza y subiera hasta la última planta del edificio PEMEX (Petróleos de México), creo que directamente se tiraría al vacío al comprobar la monstruosidad que se ha engendrado en cuatro siglos. Hay cosas que no cambian: Moctezuma preferiría un lugar más desahogado para poder arrancar unos corazones y tirar rulando el sangrante cadáver pirámide abajo, ahora muchos delincuentes siguen sacando corazones, hígados y riñones, y tirando el cadáver a una cuneta, que no deja de ser una obra de ingeniería, mucho más modesta claro está. A pesar del comentario, hay algo mágico aquí: el clima es muy bueno, llueve todas las tardes dejando una atmósfera más limpia, y las plantas brotan con una energía tal que no pasarían muchas décadas para que la foresta recuperara lo que es legítimamente suyo en caso de que el ser humano se marchara. No lo verán nuestros ojos. ¿O quizás sí?
Atentamente,
Vzcde. Ambient.
